martes, 20 de marzo de 2012

IMPERIO INCA!!!


INCAS:



ORÍGENES DEL IMPERIO INCA:
El origen de la etnia incaica en el Cuzco como en cualquier otra cultura tiene su explicación mítica y también histórica
El sol, se da cuenta  del estado penoso de los hombres,y por eso  creó una pareja: Manco Capac el varón y Mama Ocllo, su esposa y hermana; les entregó un bastón de oro y les ordenó ir por el mundo para civilizar a los pobladores. Les encargó fundar un reino, e implantar en él el culto al sol.
Manco Cápac y Mama Ocllo salieron de las espumas del LagoTiticaca, y avanzaron hacia el norte. El bastón de oro les serviría para encontrar el lugar ideal para la fundación del Imperio, pues en él se hundiría el bastón hasta desaparecer.
Decidieron separarse, marchando Manco Capac al norte y MamaOcllo al sur del valle, para convocar a la gente y someterla. Los habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como seres sobrenaturales. Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri. Manco Capac y Mama Ocllo se establecieron allí.
Manco Capac mandó a los que estaban con él instalarse en la parte alta del valle, que se llamó Hanan Cuzco; y Mama Ocllo colocó a los suyos en la parte baja o Hurin Cuzco. Ambos ayudaron a mejorar el lugar; enseñaron a los hombres que allí vivían a trabajar la tierra y a construir canales. Alas mujeres Mama Ocllo les enseñó a coser, cocinar y hacer telares.
La primera etnia inca en Cuzco no era nada más que una caravana de inmigrantes llegados del reino alptiplanico Tiahunnaco . Este estado de habla puquina fue invadido y asaltado por enormes oleadas militares procedentes del sur, lo que actualmente es Tucuman  al norte de Argentina y Coquimbo, al norte de Chile.
Manco Capac y su pequeño ejército atacaron a las comunidades que habitaban el valle del Cuzco al ver sus excelentes condiciones que se resumían en un buen clima y en suelos fértiles decidieron establecerse allí. Más tarde Manco Capac atacaría algunas comunidades aledañas provocando así el temor de otras que cedieron voluntariamente algunas parcelas más. Una vez tomado el valle, se prosiguío a formar alianzas con las comunidades aledañas y opositoras mediante matrimonios de sus jefes con las mujeres Taipicalas.
Sin embargo, su estabilidad en Cuzca se hacía difícil por los constantes ataques recibidos por otras etnias cercanas que querían expulsar a estos invasores. El señorío más grande era el de Ayamarca cuyo tamaño ejercía un gran dominio incluso en lo que era el valle del Cuzco. Más tarde, esta pequeña comunidad llamada Taipicala, sería denominada Inca.
Hoy sabemos que los incas se dividían en 4 clanes; estos formaron una confederación que por la fuerza y alianzas políticas  se impuso a pueblos vecinos.

PACHACUTEC es el fundador del imperio extendió los dominios incas hasta Ecuador; después de él tres sucesores que continuaron la expansión de este imperio; los príncipes HUASCAR y ATAHUALPA hijos de fallecido monarca desataron guerras civiles por el trono; este conflicto sucedió en la época de la conquista española.

El AYLLU fue la unidad social y producción de los incas este estaba formado por varias familias que Vivian en una aldea o hasta en ciudades y poseían tierras comunes, pero esta tierra no era propiedad de la comunidad si no que el inca las distribuía. Un jefe y un consejo de ancianos eran los que administraba el AYLLU estas tierras se dividían en: las de la comunidad, el inca soberano y el sol.

La comunidad se caracterizó por una agricultura muy variada y por ser la única cultura que tuvo la ganadería; el maíz fue su principal producto con este elaboraban la chicha; también cultivaban la papa, pimiento y yuca.

Los tejidos fue su industria ya que alcanzo un desarrollo notable por su hermoso colorido además los incas explotaban minas de cobre, plata y oro siendo de los pocos pueblos que realizaban trabajos en bronce.

Esta cultura inca fue una sociedad calificada como socialista ya que para ellos no existía la propiedad privada de la tierra el gran y único propietario era el emperador inca.

Sin embargo existió gran desigualdad entre diversos estratos aunque la alta nobleza no tenia propiedad privada vivían del producto de las tierras de cada comunidad; la nobleza fue un sector cerrado ya que solo pertenecían los herederos de sus antepasados es decir los príncipes el inca y demás integrantes y la baja nobleza la conformaban los sacerdotes, funcionarios, jefes militares de una inferior categoría.

Existía una clase igualmente hereditaria donde hacia parte los siervos que eran prácticamente esclavos del estado.

Esta cultura inca también tenía rasgos originales practicaban la monogamia pero solo los de clase alta; estos matrimonios no eran religiosos si no legales ceremonias que las dirigía el emperador.

Todos los barones eran obligados a la mita y eran seleccionados por turnos en cada AYLLU.

La mita era una jornada donde los jóvenes tenían que trabajar tres meses para el estado construyendo, explotando minas y realizando obras públicas.

Este imperio fue el único organizado que existió en América ya que tenían su emperador cuyo poder no tenía límites y era hereditario y se le consideraba hijo del sol.

Del emperador dependían cuatro virreyes y de estos numerosos jefes que hacían cumplir órdenes del inca. Los sacerdotes tenían un papel importante y se les consideraba parte de la familia imperial.

Aunque el emperador tenía varias esposas la principal era la COYA que tenía posición preferente.

Los súbditos estaban sometidos al imperio, sin embargo el imperio cuidaba que todos sus miembros tuvieran trabajo para que pudieran sustentarse y los ancianos e incapacitados los mantenía el gobierno.

Se basan de la idea religiosa de que el monarca era un Dios y por tanto el día en que el monarca demostrara no tener poder divino el imperio se hubiera derrumbado.

Los incas tenían una creencia en la divinidad creadora HUIARACOCHA a la que solo le rendían plegarias; cada población tenía su creencia religiosa pero el imperio impuso al culto INTI como religión oficial el dios sol que representaba en forma de disco un rostro humano.

Todos los ritos tenían lugar en los templos y los dirigían los Sacerdotes.
Los sacrificios religiosos eran práctica habitual en el imperio inca, y generalmente consistían en ofrendas de maíz, coca o chicha. Cada mañana en Cuzco se quemaba una llama como ofrenda al Sol, y cada primer día de mes se arrojaban al fuego cien llamas. En cuanto a los sacrificios humanos, el fraile Valverde o Bernabé Cobo hablan del sacrificio de doscientos niños para la coronación del emperador. El Inca Garcilaso de la Vega niega que se hicieran sacrificios humanos o que se practicase el canibalismo, pero puede que el suyo sea un testimonio interesado. Excavaciones arqueológicas han demostrado que los sacrificios humanos eran una práctica normal, aunque quizá no tan frecuente como en el imperio azteca. El sacrificio de niños y llamas blancas se relacionaban con la adivinación. 
Los incas gustaban del animismo y eran muy supersticiosos. El chamán gozaba de gran prestigio social. Una categoría de brujos muy importantes eran los huatacs, adivinos que mantenía el estado y que hacían sus predicciones examinando las entrañas de animales o las hojas de coca. Los emperadores fomentaban la adivinación para así manipular mejor lo sobrenatural y justificar muchas de sus acciones. La coca era una planta sagrada que tenía mucha importancia en la religión incaica, y era ofrecida a los dioses durante los sacrificios. También se usaba en Medicina para cataplasmas e infusiones. Creían los incas que cuando se dormía, el alma abandonaba el cuerpo y éste se paseaba por el mundo, por lo cual se veía aquello que se creía soñar. Después de la muerte, quienes habían llevado una vida recta iban a vivir junto al Sol; y los pecadores acababan en las entrañas de la Tierra.

MUERTE:
Pensaban los incas que una vez que sobrevenía la muerte, el espíritu se reunía con los antepasados y velaba por los vivos. Por eso se rendía culto a las momias, llamas mallki, y se exhibían en importantes ceremonias. Los wayke eran ídolos de oro que representaban a personajes de la nobleza o de la familia real. 
El sacerdote era una figura político-religiosa, y el aspirante al sacerdocio recibía una esmerada educación en la Casa del Saber. A partir del reinado de Viracocha, el sacerdocio perdió su carácter hereditario y se permitió el acceso a las clases más humildes. Había una jerarquía en función de la labor que realizaban. Cristóbal de Molina distinguía varios tipos:
• Los calparicuquis, que sacrificaban animales y adivinaban el futuro examinando sus entrañas.
• Los camascas, que curaban usando hierbas y ejercían la adivinación.
 
• Los achicoc, que echaban suertes mediante granos de maíz y estiércol de carnero
En cuanto a los sacerdotes oficiales, el principal era el villca humu, generalmente hermano o primo del Inca, que debía permanecer célibe, alimentándose sólo de raíces y agua y llevando una vida retirada y contemplativa. Por debajo de él estaban diez hatun villca o grandes consejeros, que podían nombrar poetas para que les hiciesen crónicas laudatorias. Los yanaconas eran la clase más ínfima entre los sacerdotes. En el sacerdocio femenino tenemos las Vírgenes del Sol, que vivían en una residencia especial y estaban a cargo de las mamacunas. Había distintos grupos; unas estaban obligadas a respetar el celibato y otras eran las esposas de los curacas y de los nobles.
 
Los incas estaban bastante avanzados en cuanto a Medicina y dominaban el uso de las plantas curativas. Pero quizá en lo que más destacaban era en las trepanaciones craneales y en la amputación de miembros gangrenados. Usaban como anestésico la coca. Algunas de las enfermedades más repetitivas eran la epilepsia, anginas, alopecia, asma o reumatismo. Para cada mal existían distintos ritos.
La base de la estructura del imperio inca era el ayllu o parentesco. La economía de los incas no conocía la moneda ni los mercados, sino que se basaba en la reciprocidad y los intercambios entre parientes. Estaban bastante avanzados en agricultura, y utilizaban terrazas para aprovechar mejor la tierra de cultivo. Conocían el regadío, y sembraban sobre todo maíz y patatas, pero también fríjoles, tomates o chirimoyas. Para el transporte usaban llamas, vicuñas y alpacas, y de éstas últimas aprovechaban también su lana. No conocían el caballo ni la rueda, pero tenían una buena red viaria que comunicaba todo el imperio. Los chasquis o mensajeros podían recorrer en un día 400 kilómetros.
 
La sociedad inca era clasista, con el Inca en lo más alto de la pirámide social y los runa o pueblo llano en la base. Al Inca se le atribuía carácter divino por ser Hijo del Sol, y su voluntad era ley. Sus súbditos no le podían mirar a la cara. La corte imperial estaba formada por nobles, que sólo podían acercarse al Inca encorvados, para estar por debajo de él. Cuando el Inca moría le sucedía su hijo mayor, siempre que lo fuese también de la esposa legítima, y si no había, se elegía al hijo de una concubina. Al Inca se le distinguía en la manera de vestir por su tocado y la riqueza de las telas de sus trajes. Usaba dos símbolos reales: la mascapaicha o corona y el llantu, o broche del que salían unas vistosas plumas. Era privilegio del Inca y de los nobles llevar el pelo corto y trasquilado y usar orejeras; por lo cual los españoles daban a los nobles el nombre de orejones. El Inca se hacía transportar en una litera, y los criados iban limpiando el camino a su paso. A la muerte del Inca se le embalsamaba y vestía con sus mejores galas. Se le enterraba con todo su ajuar, sus esposas y criados. La familia del Inca recibía el nombre de panaca, y ocupaba el primer puesto el príncipe heredero.
 

STATUS SOCIAL:
Pensaban los incas que una vez que sobrevenía la muerte, el espíritu se reunía con los antepasados y velaba por los vivos. Por eso se rendía culto a las momias, llamas mallki, y se exhibían en importantes ceremonias. Los wayke eran ídolos de oro que representaban a personajes de la nobleza o de la familia real. 
El sacerdote era una figura político-religiosa, y el aspirante al sacerdocio recibía una esmerada educación en la Casa del Saber. A partir del reinado de Viracocha, el sacerdocio perdió su carácter hereditario y se permitió el acceso a las clases más humildes. Había una jerarquía en función de la labor que realizaban. Cristóbal de Molina distinguía varios tipos:
• Los calparicuquis, que sacrificaban animales y adivinaban el futuro examinando sus entrañas.
• Los camascas, que curaban usando hierbas y ejercían la adivinación.
 
• Los achicoc, que echaban suertes mediante granos de maíz y estiércol de carnero
En cuanto a los sacerdotes oficiales, el principal era el villca humu, generalmente hermano o primo del Inca, que debía permanecer célibe, alimentándose sólo de raíces y agua y llevando una vida retirada y contemplativa. Por debajo de él estaban diez hatun villca o grandes consejeros, que podían nombrar poetas para que les hiciesen crónicas laudatorias. Los yanaconas eran la clase más ínfima entre los sacerdotes. En el sacerdocio femenino tenemos las Vírgenes del Sol, que vivían en una residencia especial y estaban a cargo de las mamacunas. Había distintos grupos; unas estaban obligadas a respetar el celibato y otras eran las esposas de los curacas y de los nobles.
 
Los incas estaban bastante avanzados en cuanto a Medicina y dominaban el uso de las plantas curativas. Pero quizá en lo que más destacaban era en las trepanaciones craneales y en la amputación de miembros gangrenados. Usaban como anestésico la coca. Algunas de las enfermedades más repetitivas eran la epilepsia, anginas, alopecia, asma o reumatismo. Para cada mal existían distintos ritos.
La base de la estructura del imperio inca era el ayllu o parentesco. La economía de los incas no conocía la moneda ni los mercados, sino que se basaba en la reciprocidad y los intercambios entre parientes. Estaban bastante avanzados en agricultura, y utilizaban terrazas para aprovechar mejor la tierra de cultivo. Conocían el regadío, y sembraban sobre todo maíz y patatas, pero también fríjoles, tomates o chirimoyas. Para el transporte usaban llamas, vicuñas y alpacas, y de éstas últimas aprovechaban también su lana. No conocían el caballo ni la rueda, pero tenían una buena red viaria que comunicaba todo el imperio. Los chasquis o mensajeros podían recorrer en un día 400 kilómetros.
 
La sociedad inca era clasista, con el Inca en lo más alto de la pirámide social y los runa o pueblo llano en la base. Al Inca se le atribuía carácter divino por ser Hijo del Sol, y su voluntad era ley. Sus súbditos no le podían mirar a la cara. La corte imperial estaba formada por nobles, que sólo podían acercarse al Inca encorvados, para estar por debajo de él. Cuando el Inca moría le sucedía su hijo mayor, siempre que lo fuese también de la esposa legítima, y si no había, se elegía al hijo de una concubina. Al Inca se le distinguía en la manera de vestir por su tocado y la riqueza de las telas de sus trajes. Usaba dos símbolos reales: la mascapaicha o corona y el llantu, o broche del que salían unas vistosas plumas. Era privilegio del Inca y de los nobles llevar el pelo corto y trasquilado y usar orejeras; por lo cual los españoles daban a los nobles el nombre de orejones. El Inca se hacía transportar en una litera, y los criados iban limpiando el camino a su paso. A la muerte del Inca se le embalsamaba y vestía con sus mejores galas. Se le enterraba con todo su ajuar, sus esposas y criados. La familia del Inca recibía el nombre de panaca, y ocupaba el primer puesto el príncipe heredero.
 

MODOS DE VIDA IMPERIO INCA
El matrimonio era muy importante en esta sociedad. Entre el pueblo llanos las parejas eran monógamas; pero el Inca y los miembros de la nobleza practicaban la poligamia. La gente del pueblo se casaba siempre con alguien de su misma clase social, estaban penados los matrimonios mixtos. Cuando un indio se casaba recibía un tupu (medida de tierra) y cada vez que tenía un hijo varón, otro más. Si lo que nacía era una niña, se le entregaba medio tupu. Se podía hacer un matrimonio de ensayo, aunque después de que se hubiese consumado era bastante difícil de disolver, a no ser que la mujer fuese adúltera o estéril. Pero si de todos modos no había un buen entendimiento, la mujer volvía a casa de sus padres, y se había tenido un hijo, éste se quedaba con ella. No se valoraba la virginidad. Una de las maneras de unirse en matrimonio era el acto simbólico por el cual el marido calzaba la sandalia derecha de su mujer y ofrecía regalos a sus padres. 
En las familias nobles el matrimonio se regulaba por “la mano del Inca”, que se colocaba entre los novios, les llamaba por su nombre, tomaba la mano de ambos y las unía.
Las familias no tenían muebles en sus casas, pues se comía en el suelo y se dormía en un lecho de piel de llama. Los enseres se guardaban en cestos, en tinajas o en nichos hechos en las paredes.
 
La mujer paría en el lugar donde le llegase la hora, y cortaba el cordón umbilical con un trozo de cerámica o con las uñas. Las madres solían llevar a los bebés colgados a la espalda hasta que aprendían a caminar. Durante los dos primeros años la madre les daba de mamar, y se abstenía de mantener relaciones sexuales, porque pensaban que eso influía en una mala calidad de la leche. Al cumplir los dos años el niño era destetado, y se le cortaba el pelo por primera vez. Era entonces cuando se le daba un nombre. A partir de los siete años los varones eran educados por el padre y las niñas se quedaban en casa con la madre. Durante la pubertad, chicos y chicas recibían su nombre definitivo. La vida femenina difería según la clase social, aunque siempre eran inferiores al varón. Las mujeres del pueblo llano eran quienes llevaban la carga más pesada en el trabajo familiar. Solían tener su primero hijo entre los 18 o los 21 años. Las mujeres nobles tenían mucho más tiempo libre para acicalarse o divertirse con sus amigas. La coya o esposa legítima del Inca podía dirigir la ciudad de Cuzco cuando su marido tenía que ausentarse por algún motivo.
 

asi todos los habitantes del Tiwantisuyo vivían en el ámbito rural. Los funcionarios incas no permitían que nadie abandonase su lugar de origen sin permiso. Para ello cada grupo étnico debía vertirse de una manera distinta: los huancas del norte llevaban turbante negro, los collas del lago Titicaca, un gorro de lana; y los de Cajamarca un cordón en el pelo. La población urbana se asentaba casi toda en Cuzco. Las casas en la ciudad eran de piedra, con techo de paja y sin ventanas. La piedra solía ser de granito, y por eso los muros eran tan resistentes; soportando incluso terremotos. 
En la vida cotidiana las mujeres se levantaban una hora antes que sus esposos para machacar el maíz. La jornada masculina solía acabar hacia las seis de la tarde, y cuando se cansaban era normal que masticasen unas hojas de coca para reponerse. La esposa acababa su trabajo mucho más tarde, cuando ya todos se habían retirado a dormir.
Las grandes señoras de la nobleza solían vestir con elegancia, con túnica hasta los tobillos, hecha de ricas telas, y con el cabello trenzado y sujeto por una cinta. Se lavaban el pelo unas dos o tres veces en semana, y lo cubrían con una especie de manteleta llamada ñañaca. Las mujeres del pueblo vestían de manera parecida, pero la tela de las túnicas era de menor calidad. El calzado solía ser casi siempre de cuero curtido o de fibras vegetales. 
Los alimentos de uso más común eran la patata, el maíz y la quinoa. El maíz se tomaba tostado o cocido, y para las fiestas se molían los granos para hacer un pan especial llamado tanta o huminta. El maíz y su cultivo era tema de estado, y todos estaban obligados a plantarlo. La chicha de grano fermentado era también de uso común, y se tomaba para celebrar victorias bélicas o en las festividades religiosas. La carne era casi siempre de camélidos, y al igual que el pescado, se consumía seca o salada. Pero había otro plato de carne muy común: el cuye o conejillo de Indias. También se cazaban patos o pavos salvajes, y pequeños herbívoros como el tapir o el venado. 

ADMINISTRACION Y AGRICULTURA:

La primera estructura del Tiwantinsuyo era el ayllu, que se establecía en razón del parentesco, bien patrilineal, matrilineal o dual. En la sociedad inca todos trabajaban. La minca era el trabajo que realizaban en común los miembros del ayllu a favor de la comunidad o de otra persona. La mita era el trabajo por turnos, que luego retomarían los conquistadores, y establecía las obligaciones de un miembro del ayllu a favor del estado. Cuando en el estado inca sobraban bienes, se empleaban como reservas militares o para almacenarlos en previsión de los tiempos de escasez. El hambre prácticamente estaba erradicada, quizá porque se trata de uno de los pueblos antiguos que gozaron de una agricultura más desarrollada. Las terrazas de cultivo se regaban mediante canales que recorrían kilómetros desde los lagos o ríos. Para mantener la humedad de la tierra se cubría ésta con capas de arcilla. El abono era siempre animal. Los incas creían necesaria la intervención divina para la buena marcha de la cosecha, y por eso adoraban a la Pachamama, la venerada Madre Tierra. Para el trabajo usan tan solo la fuerza humana, combinada con la animal, y el apoyo de algunas herramientas como el arado de pie o una porra de cabeza plana que se usaba a modo de martillo para disolver los terrones. Para almacenar los alimentos tenían edificios de forma circular o rectangular, y mediante un sistema de pisos y canales permitían la ventilación y el drenaje. No eran un pueblo ganadero, se limitaron a domesticar animales como la llama o la alpaca. Pero en cambio destacaban en la minería, y desarrollaron diversas técnicas para trabajar los metales. 
La administración del imperio era una tarea diversa y compleja por su amplitud, aunque la buena red viaria facilitaba las cosas. El Inca era la autoridad suprema, pero solía comportarse con el pueblo de forma paternal y bondadosa, aunque aplicase rectamente la ley y los castigos resultasen extremadamente duros. Vivía en un lujoso palacio en Cuzco, capital del Tiwantinsuyo, y nadie podía tocarle ni siquiera mirarle de frente. Se dejaba asesorar por un Consejo de Ancianos, y en cada provincia había un gobernador que le representaba. Los funcionarios que se conocían con el nombre de tucuyuricun (el que todo lo ve) recorrían todo el imperio vigilando que cada cual cumpliese con su deber, e informando al Inca de cualquier anomalía. Para participar en la vida activa del estado era necesario estar casado y ser padre de familia. El último escalafón lo ocupaban los curacas, que solían ser los propios señores que antes gobernaban los territorios conquistados por los incas.
 
 
EL EJERCITO:
El ejército inca era un importante factor en la expansión del imperio. Su símbolo era una bandera con los colores del arco iris y con la imagen del Sol en uno de los costados. Como armas usaban el lanzadardos, arcos con flechas, macanas y hondas. Las fortalezas incas, llamadas pucaras, eran características de un estado defensivo, y estaban ubicadas de manera estratégica en un emplazamiento elevado. Solían ser de granito y contaban con varias dependencias para albergar a los soldados y sus víveres y enseres. Los soldados eran de dos tipos: los permanentes, que estaban al servicio del Inca en su guardia personal, y los de reclutamiento. Estos últimos formaban parte del pueblo llano, ya que todos los varones entre 25 y 50 años debían estar listos para servir al estado si era necesario. Los militares permanentes estaban mejor preparados, ya que eran profesionales que cobraban por sus servicios. Las tropas solían dividirse por su procedencia étnica, puesto que en el ejército inca también se incluían las naciones que se iban incorporando al imperio. Como medio de transporte usaban las llamas. 
No conocían la escritura, pero tenían un sistema de recuento a través de los quipus, conjunto de cordones de distintos tamaños, con nudos espaciados. Ya Garcilaso de la Vega los menciona en sus crónicas como instrumentos de registro y contabilidad.
 
En la América del siglo XV se puede decir que todos los caminos llevaban a Cuzco, ya que su red viaria alcanzaba los 40.000 Kilómetros. Además de las buenas comunicaciones otro factor de unión en el Tiwantinsuyo era la lengua; porque los gobernantes fueron imponiendo poco a poco el runasimi, y todos los demás dialectos, excepto el aymará y el mochica quedaron olvidados. Durante la época colonial el runasimi pasó a llamarse quechua. Algunos de los frailes que visitaron la zona llegaron a hablar esta lengua con fluidez para convertir a los indios al cristianismo. En 1579 se creó la primera cátedra de quechua en la Universidad Nacional de San Marcos. Probablemente el origen de esta lengua se halle en el período Huari. Actualmente lo hablan unos ocho millones de personas en países como Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.
 
Los incas eran amantes de la música, la danza y los relatos épicos. Después de la caída del imperio hay bastantes crónicas escritas por españoles, como las ya mencionadas al principio de este trabajo, de Pedro Cieza de León y de Juan de Betanzos. Este último hablaba perfectamente la lengua quechua, y como hecho anecdótico, se casó con Angelina Yupanki, que había sido esposa del Inca Atahualpa y que fue amante de Pizarro.

ARQUITECTURA:
Quizá el legado cultural más importante que nos han dejado los incas sea su arquitectura. No conocían la regla, la escuadra ni la plomada, ni por supuesto la rueda para ayudarles en el transporte, y por eso su arte es mucho más meritorio. La elevada calidad de sus obras hidráulicas y militares nos lleva a pensar en el alto nivel técnico y organizativo del imperio. Los arquitectos incas utilizan una serie de normas y esquemas preestablecidos para lograr una homogeneidad en el conjunto del imperio. Se basan sobre todo en la austeridad y la funcionalidad de sus trabajos. Parece ser que cuando Pachacutec idea Cuzco se inspira en la ciudad de Pikillacta, creada por la civilización de Huari. Y la perfección en los bloques de piedra la deben los incas a lo que habían aprendido de los monumentos de Tiahuanaco. Utilizan la piedra en todas sus construcciones en lugar del adobe de otras culturas precolombinas, aunque con alguna excepción en la costa, donde fabrican ladrillos de adobe con tierra seca. La técnica de colocación prescinde de la argamasa. Destaca, por su perfección, la piedra del muro del Hatun Rumiyoc, del Inca Roca. La parte superior de las piedras era ligeramente cóncava y formaba una depresión en donde encajaban las otras piedras. Los españoles se quedaron sorprendidos por la perfección de la sillería, y sobre todo por el enorme esfuerzo de transportar y trabajar esos enormes bloques de piedra. Cuenta Cieza de León que cada año el estado reclutaba más de 2000 hombres para trabajar en las obras de Cuzco. La piedra se extraía de las canteras mediante palancas y cuñas de madera empapadas en agua, que se hinchaban y cuarteaban la pared. Los bloques se izaban luego mediante rampas de tierra. Para los edificios menos importantes se usaban piedras irregulares y sin tallar. 
Las paredes de los edificios incas eran ligeramente inclinadas, y las piedras de la base son siempre más grandes que las superiores. Las casas incas eran enormemente funcionales. Se accedía a ellas por una estrecha puerta en forma de trapecio, y cuando había ventanas también eran trapezoidales. Existían distintas clases de paredes:
• La pared rústica, hecha con piedra sin pulir y con los huecos rellenos de pequeñas piedras o de barro. Se usaba para las casas más humildes y para los almacenes.
• Pared celular, parecida a la estructura de una colmena, con pequeñas piedras calizas
• Pared imperial, con piedras de regular tamaño en filas horizontales
• Pared ciclópea, formada por enormes cantos rodados, que se encuentran sobre todo en las grandes construcciones.
 
Cuando los españoles llegaron a Cuzco quedaron muy sorprendidos con su urbanismo. Pedro Sánchez de la Hoz, secretario de Pizarro, cuenta que en 1543 hay en la capital unas cien mil casas, y cuenta Sarmiento Gamboa que el propio Inca Pachacutec medía calles y canchas personalmente para crear la ciudad. Pero no se limitó a eso, sino que hizo que todos los curacas contribuyesen al engrandecimiento de Cuzco proporcionando hombres y materiales.
 
Cuzco presentaba la forma de un puma recostado sobre su lado derecho. El imperio se dividía en cuatro provincias, que se conectaban con la capital por medio de redes viarias. Hasta la época de Manco Cápac el Inca residía en el Coricancha, situado en Hurin Cuzco. Pero el Inca Roca ordena dividir la ciudad en dos partes y construir un palacio real. La capital queda repartida en cuatro barrios, que representan a las cuatro regiones del imperio. Cada etnia habita en el barrio que por adscripción geográfica le corresponde. La vida social y religiosa tenía lugar en torno a la Gran Plaza, en cuyo centro se elevaba un altar desde el cual el Sapa Inca y sus sacerdotes hablaban al pueblo. Uno de los edificios más importantes era el Casana, un palacio imperial sostenido por columnas de madera, que perteneció al Inca Pachacutec. También es importante el Amaru Cancha, de Huayna Cápac, y el Kishuar Cancha del Inca Viracocha. Cada palacio ocupaba una enorme extensión de terreno porque debía albergar a la panaca real.
 


MACHU PICHU:
No podemos hablar de los incas sin hacerlo también de Machu Picchu, que fue declarado en 1981 Santuario Nacional Histórico, y dos años más tarde, Patrimonio de la Humanidad. Su nombre significa “montaña vieja” y la zona está regada por el río Urubamba. Fue el Inca Pachacutec quien conquistó este valle, antes habitado por chankis y ayarmarcas. A este lugar privilegiado sólo podían acceder los nobles, los sacerdotes y las Vírgenes del Sol. Los españoles nunca llegaron a Machu Picchu, pero no fue la ciudad perdida que algunos historiadores fantasiosos nos quisieron vender. Fue descubierta el 24 de julio de 1911 por el arqueólogo Hiram Bingham, que buscaba la última capital del Incario, donde se pensaba que el Inca Manco había escondido un enorme tesoro. En octubre de 1912 consiguió del gobierno peruano el permiso para iniciar sus trabajos de recuperación e incluso se le permitió sacar del país algunas de las piezas encontradas, con el claro compromiso de devolverlas. Trabajaron allí durante cinco años y hallaron restos de cerámica, ropa y ornamentos, y también el enterramiento de unos doscientos cuerpos, la mayoría de mujer. Se piensa que podrían haber sido concubinas reales o Vírgenes del Sol. 
Se cree que Machu Picchu era una importante centro religioso y social, aunque dependiente de Cuzco; una especie de ciudad burocrática, de sacerdotes y altos funcionarios. Estaba extrañamente alejada del Camino Real del Incario, en un lugar inexpugnable y recóndito. Los caminos de acceso estaban vedados a los campesinos comunes. La mayoría de sus construcciones están relacionadas con la Astronomía, por la orientación de algunas de sus ventanas, que permitían ver la Cruz del Sur, o las constelaciones de la Llama o del Zorro.
 
¿Por qué llegó el fin de la ciudad? Se barajan varias hipótesis y una de ellas es una posible epidemia fatal o quizá la guerra civil que se desató entre el Inca Atahualpa y su hermano. Pero no se conoce con certeza.
La ciudad se dividía en tres barrios: el barrio sagrado, el de los sacerdotes y nobles, y el barrio popular. Uno de los principales edificios era el Templo del Sol, en cuya pared semicircular se abrían vanos que podrían haber sido hechos para observar el curso del sol. Cerca de este templo se halla el Torreón. Y más allá el Templo del Cóndor, llamado así porque su planta presenta una forma parecida a la de esta ave. Era posible que aquí se celebrasen los rituales sagrados.


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